lunes, 17 de mayo de 2010

¿QUIÉN DICE QUE TIENES UN DEMONIO?


Dr. y Rvdo. Tomás Drost, Obispo Presidente IPUM


Juan 8:31,32. “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres Jesús también dijo: “Así que, si el Hijo os libertare SERÉIS VERDADERAMENTE LIBRES” Juan 8:36

No es algo nuevo, pero si se está haciendo algo popular en algunos círculos, una doctrina y práctica que nos vemos en la necesidad de denunciar, y es el llamado Ministerio de la Liberación, ó lo que algunos también llaman, Guerra Espiritual. Esta enseñanza y práctica, se base en que pecados, tentaciones y problemas son el resultado directo de demonios, no sólo por fuera, que oprimen y presionan, sino que, supuestamente, logran entrar en las personas y controlan ciertas áreas, ó en algunos casos, toda la vida de una persona. Creemos firmemente en echar fuera demonios, y que Dios le ha dado esa autoridad a la Iglesia, ¡pero no de creyentes – no echarle fuera demonios de quienes han recibido el Espíritu Santo! No hay ni un solo ejemplo de eso en la Biblia.

En la década de los ’50 hubo un movimiento que pasó por EE.UU., afectando a muchas Iglesias, incluyendo la IPU Internacional. Ese movimiento se llamó “La Lluvia Tardía” (Latter Rain). Ese movimiento se llevó a varios Pastores quienes, en su gran mayoría, terminaron en la nada. La IPU Internacional se vio en la necesidad de tomar una postura abiertamente en contra de muchas de las enseñanzas que formaron parte de ese movimiento, entre ellas, estaba el llamado Ministerio de Liberación.

El presente escrito ha sido preparado con mucho cuidado y, a base de mucho estudio, para combatir esa enseñanza y práctica. Le pedimos que lo lea y estudie, con la Biblia en mano.


¿CUÁL ES NUESTRA AUTORIDAD EN ESTAS COSAS? Precisamente, allí es donde muchos quieren desviarse hablando de sus “experiencias” y no lo que dice la Palabra de Dios. Nuestras experiencias nos pueden traicionar, ó podemos ser inducidos ó fascinados a hacer ciertas cosas, pero nuestra guía TIENE QUE SER La Palabra de Dios.

Jesús dijo: “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí Juan 5:39. También, la Biblia dice: “¡A la ley, y al testimonio! si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido Isaías 8:20. Luego, el Apóstol Pablo dijo: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” Efesios 2:20. Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” Mateo 24:35. Jesús también dijo: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye” Juan 8:47.

Noto como últimamente hay tantas prácticas y enseñanzas que se han popularizado que no tienen ningún fundamento en la Biblia. Incluso, hasta no sienten que se tengan que apoyar en la Biblia, pero eso no es de Dios. Él no ha dejado una guía, un fundamento, un manual instructivo.


TENEMOS PODER PARA ECHAR FUERA DEMONIOS. No hay lugar a dudas que la Iglesia tiene el poder para echar fuera demonios. Jesús primeramente les dio autoridad y poder sobre todos los demonios a los 12 apóstoles. En Lucas 9:1 dice: “habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.” Luego, le dio esa misma autoridad a los 70 discípulos que envió: "He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará" Lucas 10:17-20. Cuando se refiere a serpientes y escorpiones está refiriéndose directamente a los espíritus malignos, los demonios.

Por fin, se los dio a todos los que creen en Su nombre cuando dijo: “Estas señales seguirán a los que creen, en mi nombre echarán fuera demonios” Marcos 16:17. Por lo tanto, la Iglesia tiene el poder, la autoridad sobre los demonios.

Incluso, hay muchos casos en la Biblia, no solo de mención directa, sino de ejemplos donde alguien fue librado de espíritus de demonios. Dios todavía lo sigue haciendo hoy y, damos gracias a Dios, que ¡hay poder en el Nombre del Señor Jesucristo! No hay suficientes demonios en el infierno que puedan resistir el poder que hay en el Nombre de Jesús.


PERO, ¿TAMBIÉN DE CREYENTES? ¿De Hijos de Dios? ¿De personas que han recibido el bautismo del Espíritu Santo? ¿De los que son bautizados en el Nombre de Jesús? ¿Será posible que al recibir el Espíritu Santo también pueda tener un demonio (o más) dentro?


En el libro “Cerdos En La Sala” de Frank Hammond dice que “todos los cristianos tienen demonios.” ¡Qué increíble esa declaración cuando no hay ningún lugar en la Biblia donde diga eso! Es más, en ningún lugar de la Biblia dice que ALGUNOS cristianos pueden tener ALGUNOS demonios. Decir que todos los tienen y que necesitan ser liberados es doctrina falsa que no es sustentada por la Biblia.


¿Será que la solución al problema del pecado es solo con echar fuera demonios? ¿Será que vamos a echarle la culpa de todas nuestras debilidades y nuestros pecados a la presencia de demonios en nosotros? Analicemos, sobre todo, yo reto a que me acompañes en un estudio, no de experiencias, sino de lo que dice la Palabra de Dios:

¿Será posible que al recibir el Espíritu Santo también pueda tener un demonio (o más) dentro? ¿Será que la solución al problema del pecado es solo con echar fuera demonios? ¿Será que vamos a echarle la culpa de todos nuestros pecados y debilidades a la presencia de demonios en nosotros? Analicemos:


¿Dónde, en la Biblia, nos dice que un creyente puede tener demonios?

¿Dónde, en la Biblia, hallamos un solo ejemplo de demonios siendo echados fuera de creyentes? Hay muchos de demonios siendo echados de quienes no eran bautizados en el Nombre de Jesús y no habían recibido el Espíritu Santo, pero ¡NO DE CREYENTES!


¿COMPARTIRÁ DIOS LA MISMA MORADA CON ESPÍRITUS INMUNDOS? ¡Absolutamente no! La palabra espíritus “inmundos” que se haya en la Biblia, debería ser traducida: espíritus sucios. Porque realmente eso es lo que quiere decir esa palabra en griego y en su sentido original. Por lo tanto, ¿morará ese “Santo” Espíritu de Dios con espíritus sucios? Creo que la misma lógica lo dirá: no es posible. Por lo tanto, ó tiene el Espíritu Santo ó tiene un espíritu sucio.


“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿Ó qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” 2 Corintios 6: 14-17. También en 1 Corintios 6:19 dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”


“¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” ¡Donde hay luz no puede haber tinieblas! La presencia de la luz automáticamente elimina la oscuridad.


Si alguien está “lleno” del Espíritu Santo, ¿qué más cabe allí? En vez de andar echando fuera demonios de los creyentes debemos más bien mantenernos “llenos”, y al estar llenos ya no hay lugar para nada ni nadie más. Esto es que más lo importante – debe ser el enfoque.


Efesios 5:18 dice: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” y I Tesalonicenses 5:19 dice: “No apaguéis el Espíritu”. Uno puede “apagar el Espíritu”, incluso, hasta lo puede perder. Pero, si se mantiene lleno de Dios; si se mantiene “lleno del Espíritu” es el mejor “blindaje” que hay contra cualquier espíritu inmundo que se quiera meter - no hay lugar para alguna otra cosa ó persona. Y, si alguien permitió que se le “apagara” el Espíritu, la solución sencillamente es, volver a ser LLENO del Espíritu de Dios.


EL PRIMER CUADRO BÍBLICO. Quiero que nos detengamos en esa escena de Adán y Eva en el principio, porque allí tenemos el ejemplo divino de cómo llega el pecado y cómo lo vemos a Dios encargándose de la situación.

Eva pecó, pero no porque se le metió el demonio dentro de ella para obligarla a que pecara, sino por insinuación – por sugestión. Luego ella va y lo induce a Adán que pecara. La Biblia dice que Adán no fue engañado, pero Eva si fue engañada: “y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”1 Timoteo 2:14.

Luego, cuando los ojos de ambos fueron abiertos por el pecado, y se dan cuenta que están desnudos, Dios los viene a descubrir. ¿Qué fue lo que hizo Dios? ¿Les echó fuera el demonio a Adán y Eva? No, los llamó al arrepentimiento - más bien, ¡los echó a ellos del Huerto!

Ese primer cuadro de pecado en la Biblia es el modelo y ejemplo de lo que siempre ocurre. El diablo no puede obligar a nadie a que peque, sino que él lo logra por insinuación, por sugestión.

Ahora, un verdadero Hijo de Dios no tiene por qué temerle a los demonios. La Biblia dice: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundoI Juan 4:4. Y, allí precisamente, estaba hablando de los demonios porque luego dice: “probad los espíritus”.


EL ORIGEN DE LOS DEMONIOS. Son ángeles caídos – ángeles que se rebelaron contra Dios y siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios. Es interesante observar que nunca se oye de un ángel (bueno) que esté dentro alguien.


Muchos de esos ángeles caídos, de esos “demonios” están bajo el liderazgo de Satanás, aunque no siempre hay orden entre ellos.


No tenemos que andar aterrados que se nos van a meter demonios. El diablo quiere amedrentarnos porque temor es la puerta por la que se mete. Demonios no pueden entrar así no más en la vida de una persona. Si tuvieron que pedirle permiso a Jesús para entrar en unos cerdos, ¡cuánto más tendrían que hacerlo para entrar en un ser humano ó en un creyente!


No debemos creerle a los demonios, ellos son mentirosos. Aunque digan su nombre, ¿quién dice que no están mintiendo, engañando? ¿Cómo te vas a poner a entablar una conversación con demonios? ¿Qué vas a aprender de ellos que sea de edificación ó bendición? Con lo que diga la Biblia acerca de ellos es suficiente.


Ahora, los creyentes son “oprimidos” por espíritus malignos, pero en esos casos la Biblia dice: “Resistid al diablo y huirá de vosotros” Santiago 4:7; 5:9 No dice que hay que echarlo fuera, sino resistirlo – no darle lugar.


Hay veces que alguien que tuvo el Espíritu Santo sí tiene un demonio que hay que echar fuera, pero ¿por qué perdió ó dejó que se “apagara” el Espíritu de Dios? Los dos no pueden habitar en un mismo templo a la vez. “Antes bien, sed llenos del Espíritu...” Efesios 5:18.


Lo interesante y curioso es que, aquellos que andan echándole fuera demonios a medio mundo, nunca los tienen ellos mismos. O sea, quieren “ministrarles” a otros, pero ellos nunca lo necesitan. La verdad es que, si todos y tantos pueden tener demonios tan fácilmente, también los han de tener ellos. ¡Qué lío! Entonces tenemos gente con demonios echándoles demonios a otros que también los tienen. En ese caso, ¡el demonio nos tiene dominados a todos! Pero, gracias a Dios que eso no es cierto.


¡No tenemos ni un solo caso de un creyente en la Biblia al que se le echó fuera un demonio! Si no se hacía en la Biblia, ¿por qué lo vamos a hacer hoy? O más bien, ¿de dónde viene esa idea y práctica de estar haciéndolo hoy? ¿Será que los demonios hoy son más fuertes que los que estaban en la Biblia, ó más inteligentes? ¿Será que Dios no contempló los problemas con espíritus inmundos que estaría enfrentando la Iglesia del siglo 21?


Lo contrario, la Biblia nos dice qué pasaría en los últimos días: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” 1 Timoteo 4:1.


LOS DEMONIOS TIENEN LÍMITES IMPUESTOS POR DIOS – no pueden hacer lo que se les antoja. Ni pueden entrar a poseer el cuerpo de cualquiera. Los demonios no pueden entrar en un cuerpo humano sino sólo cuando esa persona ha creado las condiciones favorables para ello, y sobre todo, cuando se trata de posesión. Si los demonios en el endemoniado gadareno le tuvieron que pedir permiso a Jesús para entrar en unos cerdos, ¿crees que Dios les va a dar permiso para entrar en uno de sus hijos que ha recibido Su Espíritu Santo? No. La Biblia dice: “Mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo,” ¡no dice que igual ó inferior es que está en vosotros, sino que mayor! Jesús dijo: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” Juan 8:36.


SOLO EN LO DESOCUPADO ENTRAN. Espíritus malignos solo hayan entrada cuando “la casa” está desocupada, como lo mostró Jesús en la parábola de los espíritus inmundos - Mateo 12:44 “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo haya. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros espíritus peores que él, y entrados moran allí, y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación” El espíritu inmundo regresó porque halló el lugar desocupado, barrido y adornado”.

Allí Jesús nos indica que, la manera en que nos protegemos de la entrada de “espíritus inmundos” es manteniéndonos “llenos”, ocupados de Dios. ¡Llenos del Espíritu de Dios!

Uno puede “apagar el Espíritu”, uno lo puede perder. Pero, si se mantiene lleno de Dios, no hay lugar para alguna otra cosa.


¿TENTACIONES EVIDENCIA DE DEMONIOS? Hay algunos que creen ver un demonio detrás de todo árbol y arbusto. Creen que hay que estar echando demonios fuera de todo y de todos. Creen y enseñan, que las tentaciones son evidencia de posesión de demonios. Sin embargo, cuando Jesús fue tentado, ¡no tenía un demonio dentro de Él! Satanás le había disparado sus dardos encendidos de sugerencias a la mente y Jesús rápidamente los apagó con la Palabra.


LA ARMADURA DE DIOS. Efesios 6:16,17. Es de notar que sirve para nuestra protección. V. 11 dice: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo.” No dice para echarlo fuera, sino para que no se meta, para que no tenga derecho ni entrada en nada en nuestra vida. NADA en la descripción de la Armadura del cristiano indica el estar echando fuera demonios. Observe las cosas que usamos: la verdad, la coraza de justicia, el apresto del evangelio de la paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; y que hay que orar mucho.


Si vamos a creer que los problemas de los creyentes sólo son por la presencia de demonios y que, con echarlos fuera, ya quedó “librado”, ¿para qué necesitamos el Espíritu Santo? En ese caso, el camino a la victoria solo consistiría en estar echando fuera demonios - nada más.


Si los demonios tienen tan libre acceso a la vida de una persona “llena” del Espíritu Santo quiere decir que, son más fuertes, ó igual de fuertes, que Dios. ¡Eso es imposible!


¿DÓNDE ESTÁ LA RESPONSABILIDAD HUMANA? Si la culpa de nuestros males la tienen demonios, entonces ¿por qué nos condenará Dios? Pero, cada uno debe hacerse responsable de sus acciones – ¡solo así obtendrá la victoria en su vida! Desde Adán al ser humano le gusta estar echándole la culpa a otros por todo lo que hace, pero la Biblia dice: “El alma que pecare ESA morirá”. Dios no acepta esa transferencia de culpa.


¿CUÁL ES LA LUCHA QUE HAY EN NOSOTROS? En Romanos 7:14-19 el apóstol Pablo revela la lucha interna que existe en el ser humano – poniéndose él como ejemplo: “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago... pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”.

¿A qué atribuye Pablo esa lucha interna? ¿A qué atribuye ese problema? ¿A demonios? No. ¡A la carne! Él exclama diciendo (v.24) “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” Allí se está refiriendo a la naturaleza humana – a la carne – de la que dice en Romanos 8:7 “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”. Note, lector, dijo “cuerpo” no dijo demonio – hay una gran diferencia.

Y, ¿cuál fue la solución? ¿Echando fuera demonios? No. Note la solución: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado” v. 24,25. La solución está, no en echar fuera demonios, sino en llenarnos, apropiarnos, revestirnos más del Señor Jesucristo.


¿POR QUÉ SOMOS TENTADOS? Aunque demonios pueden provocarnos DESDE AFUERA, lanzando esos “dardos encendidos” para intentar de encender alguna pasión ó deseo, Santiago 1:13,14 nos dice por qué somos tentados: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia (deseo) es atraído y seducido”. ¡No les eches la culpa a demonios! Tienes que reconocer que son tus propios deseos los que se despiertan y sienten atracción al pecado – sea cual fuere ese pecado.


La Biblia dice: “Mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo” I Juan 4:4 Note bien que, solo puede haber uno dentro de nosotros, si no tuviese que decir cuál es el mayor. Incluso, aquí vemos que, uno está dentro y el otro está afuera. En el contexto de ese pasaje está hablando precisamente de “espíritus”. No mi hermano, si tú has recibido el Espíritu Santo no hay lugar a dudas quién es el que tienes adentro. Por lo tanto, mantente lleno de Él, y de esa manera, “el que está en el mundo” no podrá meterse, no podrá introducirse.


CAMBIANDO LAS ETIQUETAS. La Biblia no llama los problemas que tenemos internamente demonios, sino “obras de la carne” Gálatas 5:19-22. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”. Cuándo la Biblia los llama “obras de la carne” es porque son y siguen siendo “obras de la carne” – ¡no es obra de demonios! No hay que estar cambiándole la etiqueta a las cosas. Ese es un grave error y peligro.


Atienda a lo que dice la Palabra de Dios: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” Romanos 8:1. No dejes que el enemigo te esté atormentando o sugestionando con la idea de que él está allí adentro, cuando el NO PUEDE ESTAR mientras que tú te mantienes LLENO de la presencia de Dios – del Espíritu Santo.


MI TESTIMONIO PERSONAL. Yo estuve involucrado en ese Ministerio de Liberación. Sé de qué se trata. Cuando yo empecé en el ministerio era muy joven y estaba lejos de todos. Empecé a predicara a la edad de 14 años. Luego, levanté mi primera iglesia teniendo sólo 16 años de edad y; me lancé del todo al Ministerio teniendo sólo 18 años de edad. Yo acompañé a mis padres a la ciudad de Málaga, España, en 1967, cuando fueron a abrir obra en esa ciudad. A la edad de 18 años, me fui solito a la ciudad de Madrid para empezar iglesias, en esa ciudad tan grande y necesitada. Llegué a esa ciudad sin conocer a nadie, sin ninguna dirección ó contacto, sólo con el llamamiento de Dios y la convicción que Él quería que allí estuviera.

Como un año más tarde, ya tenía como unos 35 hermanos bautizados y me visitó un hermano Kas de Holanda, que había sido misionero en África. Yo nunca había oído acerca del Ministerio de la Liberación, y él sirvió para introducirme a eso. Siendo joven, con un deseo sincero y ardiente de ser usado por Dios, pensé que tal vez era algo que me faltaba. Quedé asombrado por lo que eso traía y, me dejé llevar.

Por un año, yo estuve practicando eso en la Iglesia, llegando a ser un “experto” en “echar” fuera demonios. En aquel entonces leí el libro “Cerdos En La Sala” y otros sobre el tema y estaba convencido que eso era de Dios.

Pero, poco a poco, me fui dando cuenta que algo no estaba bien. Primero, fui notando que no funciona, porque cada tres o cuatro meses, aquellos a quienes les había ministrado y supuestamente les había echado demonios, regresaban diciendo que necesitaban que se los echara de nuevo. Pero, lo peor era, que muchas veces ya no eran sólo los mismos de antes, sino que había más.

Luego, al seguir escudriñando las Escrituras, me fui dando cuenta que la Biblia no sustenta lo relacionado al llamado Ministerio de Liberación. Después de más de un año, un día me levanté en un culto en la Iglesia, un domingo en la noche, y les anuncié: “Hermanos, a partir de hoy ya no vamos a estar echando fuera demonios de creyentes.” ¡Santo remedio! Después de eso NADIE MÁS me vino diciendo que tenían demonios.

Tristemente descubrí, que yo, inconscientemente, estaba causando todo eso. Al hablar tanto de que podían tener demonios, yo era él los estaba haciendo pensar que los tenían.


Como la hermana que llegó a la Iglesia y empezó a decirles a varias hermanas acerca de la “liberación.” Al rato, varias “tenían demonios”. ¡La sugestión! ¿Cómo llegaron a estar convencidas que tenían demonios? Por lo que otros les estaban diciendo – no antes que le dijeran todo eso, sino después.


Yo me di cuenta que, la lucha que supuestamente estábamos teniendo con demonios, es con la carne (la naturaleza humana) y que, el enemigo nos tenía engañados pensando que él era más poderoso de lo que es. Pero, estoy convencido que, nuestro Dios ES el Todopoderoso y nadie puede contra nosotros si permanecemos en Él. “Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que no amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro,” Romanos 8:37. Note, mi hermano, que más claro no lo puede decir la Biblia, y es que ni ángeles, ni principados, ni potestades;” o sea, ¡ni demonios! Lo único que sí te puede separar de Dios, y que no aparece en esa lista, ¡eres tú mismo!


LA NIÑEZ. En el Libro CERDOS EN LA SALA (Frank Hammond) dice: “El tiempo más débil en la mayoría de las vidas es la niñez… Sin ninguna duda, casi todos los demonios encontrados durante mi ministerio entraron en las personas durante la niñez.” ¡Wow! ¡Qué declaración tan apartada de la Biblia! ¿Nos tenemos que basar en la experiencia de éste hombre y no en la Palabra de Dios? Esa es una directa contradicción a lo que dijo el Señor Jesucristo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en el” Marcos 10:14,15. ¿Será que el Reino de Dios está lleno de demonios? ¡Qué barbaridad! ¿No será que Dios personalmente protege a los niños? Eso es lo que Jesús indica cuando dijo: “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos” Mateo 18:10. Observe la tremenda declaración que hace el Apóstol Pablo en I Corintios 7:14 “Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido, pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.”


REGRESIONES AL PASADO. Siendo que, para algunos de los involucrados en ese Ministerio de Liberación, lo que ocurrió en la niñez es de tanta importancia, entonces han adoptado métodos de sicología y para-sicología en los que hacen que una persona empiece a entrar en un estado, que no se puede describir más que, un estado de hipnosis, donde empieza a recordar experiencias del pasado – sobre todo de la niñez. ¡Son TAN BUENOS, que hasta logran, en algunos casos, de que alguien se acuerde de pensamientos y sensaciones cuando aún estaban en el vientre de su madre! ¡Por favor! Pero, ¿qué ocurre? En algunos casos terminan haciendo que personas se imaginan cosas que no vivieron, que jamás ocurrieron en sus vidas, sino que, “se acuerdan” como algo de ellos lo que le oyeron a otra persona y que los impresionó. Pero, ¿dónde en la Biblia nos dice hacer eso? Siendo que no tenemos ni la más mínima insinuación de eso en la Biblia, ¿de dónde viene? De la sicología y siquiatría – obviamente, no pueden ser para uso “espiritual”.

No necesitamos estar prestando de las disciplinas humanas para solucionar situaciones espirituales. ¡Con Jesús lo tenemos todo! Mire lo que dice la Biblia, hablando de Jesús: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad” Colosenses 2:9,10. El Evangelio es suficiente, “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”Romanos 1:16.


MALDICIONES Y PECADOS DEL PASADO. Hoy enseñan que personas tienen que librarse de maldiciones y pecados del pasado y de sus ante pasados. Que hay maldiciones generacionales. A veces citan de contexto lo que Dios dijo acerca de la idolatría que, “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte y celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen” Éxodo 20:5. ¡Todas esas maldiciones y pecados quedan borrados y anulados en las aguas del bautismo – el bautismo en el Nombre de Jesús!

La Biblia dice: “Si alguno está en Cristo NUEVA CRIATURA ES, las cosas viejas PASARON y he aquí TODAS son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:20. ¡Será cierto esto, o no será cierto! Cuando Dios hace una obra completa en la vida de una persona, tenemos que creer en la obra efectiva del Espíritu Santo. ¡Dios no necesita ayuda! Hay demasiados que están queriendo enfocar en los problemas – eso es estar viendo las olas y oyendo el viento - ¡te vas a hundir!


Sobre todo en México, donde hay una tradición que viene de las culturas que existieron en tiempo pre-coloniales, y donde hacían muchas “limpias” se notan las tendencias residuales en cuanto a esto. Pero, eso no quiere decir que tenemos que estar echando esos “demonios,” sino sólo predicar el Evangelio del que dijo Pablo: porque, poderoso es el Señor para hacerle estar firmeRomanos 14:4. “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracias, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” 2 Corintios 9:8.


Esas prácticas de querer “ministrar liberación,” sencillamente son “limpias” como las que hacen los brujos, hechiceros y espiritistas, sólo que se les da un matiz “cristiano.” Sin embargo, no encaja con la Biblia, puesto que la Biblia sólo habla de “limpiar” los pecados. Jamás se usa la palabra “limpiar” ó “limpieza” en relación a espíritus inmundos o de demonios.


El único que tiene poder para “limpiar” es el Señor Jesucristo y él solo dice que limpia del pecado. Su sangre es suficientemente eficaz para hacer eso.


PECADOS DE LOS PADRES. Les enseñan a las personas que, necesitan ser librados de espíritus que han estado presentes por más de una generación, por lo pecados que cometieron sus padres. Eso es como el pecado original del catolicismo. Pero, más claro no lo puede descartar la Biblia: “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él” Ezequiel 18:20.29)


Ninguna condenación. Atienda a lo que dice la Palabra de Dios: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” Romanos 8:1. No dejes que el enemigo te esté atormentando o sugestionando con la idea de que él está allí adentro, cuando el NO PUEDE ESTAR mientras que tú te mantienes LLENO de la presencia de Dios – del Espíritu Santo.


EL CASO DE BALAAM. Mire la declaración que Dios hizo a través de Balaam, cuando Balaam quiso maldecir al pueblo de Israel y Dios lo obligó a bendecir. La tercera vez que Balaam abrió su boca, con toda la intención de maldecir, mire lo que Dios dijo a través de él: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de Hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no lo hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?... Porque contra Jacob no hay agüero, ni adivinación contra Israel. Cómo ahora, será dicho de Jacob y de Israel ¡Lo que ha hecho Dios!" Números 23:19, 23. El diablo no puede contra Dios, ni contra el pueblo de Dios, sin el permiso de Dios – y Dios no va a darle permiso a un demonio que entre en la vida de un Hijo de Dios.


¿Sabes lo que estaba diciendo Balaam? "Contra este pueblo no hay maldición... no hay hechizo... ¡no hay demonio que pueda contra él! - solo hay bendición." No hay brujo, no hay adivinación, no hay maleficio, no hay bola mágica que te puede hacer daño. La sangre de Jesucristo tiene más poder que la sangre de cualquier gallo, gallina, toro… ¡lo que sea que quiera usar el enemigo para maldecirte! Nadie tiene poder contra ti. Precisamente, hablando de espíritus inmundos, Jesús dijo: He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, Y NADA OS DAÑARÁ" Lucas 10:17-20. ¿Sabe qué? Yo prefiero creerle al Señor Jesús.


Esos pasajes me dicen a mí que, una vez que alguien ha obedecido la Palabra, entonces está protegido - ¡porque está en Cristo!


Es tan importante fijarnos en las declaraciones de Jesús: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres Juan 8:31,32. También: “Así que, si el Hijo os libertare SERÉIS VERDADERAMENTE LIBRES Juan 8:36.


La bendición de Dios es TAN fuerte que, hay una protección extraordinaria sobre tu vida. La Biblia dice que, "Aún la ira del hombre te alabará, y tú reprimirás las demás iras." Salmos 76:10.


LIMPIOS POR LA PALABRA. Pero, ¿cómo se mantiene protegido? ¿Cómo logra mantenerse “salvo”? ¿Cómo se mantiene limpio? ¡POR LA PALABRA! Notemos lo que dice en Efesios 5:25,26 “Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra.” Esa palabra de Dios es poderosa y nos va cambiando de gloria en gloria, de fe en fe, de triunfo en triunfo.


Para eso, necesitamos estar leyéndola, para que Dios nos hable a través de esa Palabra. Y, a la vez, ser expuestos a la predicación y enseñanza de la Palabra de Dios por los pastores y líderes que Dios pone en nuestras vidas.


Cuando Jesús le lavó los pies a sus discípulos, en Juan 13:1-15, es de notar que, cuando Pedro le dijo que lo lavara completamente, Jesús les dijo: “El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis.” Jesús les estaba diciendo que estaban limpios. Si dijo que estaban limpios, ¡estaban limpios! Nadie debe andar diciendo que sus discípulos están sucios. Más adelante, Jesús dijo: “Mas vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.” Juan 15:3.


El Salmista David pregunta y contesta: ”¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar Tú Palabra”. Salmos 119:9. Y sigue diciendo el versículo 11: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. El Salmos 119 está lleno de declaraciones similares donde enfatiza la importancia de la Palabra de Dios en nuestra vida. Le aconsejo que la lea toda y que se memorice algunos de esos versículos que le ayudarán en momentos de tentación y prueba.


Esa Palabra es muy poderosa. Mire lo que dice en Hebreos 4:12,13 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. ¡La Palabra!


En 2 Corintios 5:17,18 dice: “Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” No es sacando ó echando fuera demonios que están dentro, sino que es el Espíritu del Señor el que nos va cambiando. Y, aunado al efecto de la Palabra, no olvidemos lo que dijo Jesús: “El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha, las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida Juan 6:63.


Mire el poder de la predicación de la Palabra en Ezequiel 37, cuando el profeta Ezequiel le predica a un valle “lleno de huesos secos.” Pero, al ir predicando, la palabra empezó a tener un efecto poderoso y, “cada hueso empezó a buscar su hueso,” y, mientras predicaba, delante de sus ojos, se fueron formando esqueletos, y empezaron a aparecer los tendones, los músculos, la carne y la piel. Luego, por la palabra clamó al “espíritu de los cuatro vientos” que soplara sobre esos muertos y, vivieron. ¡El poder de la palabra – especialmente, la palabra ungida!


Jesús dijo en Juan 15:1-3 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrados. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.”


Jesús NUNCA DIJO que son limpios echando fuera demonios, sino por la Palabra de Él. ¡EN NINGUN LUGAR DE LA BIBLIA dice que alguien se limpia echando fuera demonios! Decir eso es falsa doctrina, falsa enseñanza, es engañar.


¿Qué estamos diciendo? Que lo que algunos dicen que se debe lograr echando fuera demonios, la Biblia dice que se logra, a través de la Palabra – al oírla y ponerla en práctica en nuestras vidas; y de la actividad del Espíritu Santo en nosotros. Eso nos da un blindaje y nos mantiene frescos y llenos de la bendición de Dios.


Causa mucho daño al decirle a un creyente que tiene un demonio dentro. ¡Qué atrevimiento! Causa confusión y mucha inseguridad. ¿QUIÉN DICE QUE TIENES UN DEMONIO? ¿Quién le da el derecho a otro para estar juzgándolo y diciendo que tiene un espíritu inmundo dentro de él? Eso es muy peligroso. ¡Eso es ser irresponsable! Eso es condenar a las personas a un estado de inseguridad.


¡Qué atrevimiento, que alguien clasifique o tilde de demonio al Espíritu de Dios que está dentro de una persona! Jesús dijo que eso era blasfemar contra el Espíritu Santo. Porque precisamente, esa era la acusación de algunos contra Jesús – decían que Él echaba fuera demonios por el espíritu de demonios. Hay que ver todo lo que Jesús dijo en cuanto a esto: Marcos 3:22-30; Lucas 11:14-26.


Todo lo contrario, la Biblia nos enseña que nuestro Padre celestial “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”Colosenses 1:13. Esa liberación es plena, completa y perfecta porque, Él nos hace “verdaderamente libres” – Juan 8:36.


¿POR QUÉ PARECE HABER RESULTADOS? ¿Por qué parece que hay alivio, una sensación de haber logrado algo? ¿Por qué existen esos resultados físicos que se ven y observan? Ofrecemos aquí algunas razones:


Primeramente, el mismo hecho de confesar, o hacer una expresión de fe. Aunque sea bajo otro pretexto, pero cuando alguien es administrado se le pide que confiese sus pecados, errores, males. Jesús dijo en Marcos 11:23 Lo que está haciendo el individuo es reprendiendo un mal, no necesariamente un demonio, y de paso está admitiendo, confesando un pecado ó problema. Lo peligroso es que, si continúa atribuyéndole ese mal a algún demonio, eventualmente sí puede darle cabida a un demonio, y entonces sí tendrá problemas porque, en la Biblia no tenemos ningún caso donde alguien se pudo echar fuera un demonio sin la ayuda de una tercera persona. O sea, nadie se los puede echar fuera solo, y cuando en sus escritos y enseñanzas hablan de auto-liberaciones, no hay NI UN SOLO CASO EN LA BIBLIA, que indique eso. Pero, el orgullo humano es tal, que quieren representar cierta “madurez” y que los líderes se pueden auto-liberar.


También, el poder de la sugestión es fuerte. Lo que ocurre es que, con el poder de la sugestión hay quiénes terminan “metiéndole” demonios a las personas para luego sacárselos y aparentar como que ha estado bajo la influencia de demonios. Eso es lo que ocurre en el espiritismo y la hechicería. Cuando yo le anuncié a la Iglesia en Madrid en 1969, que ya no iban haber más liberaciones, nadie más tuvo demonios. Me di cuenta que yo era el que realmente estaba provocando todo eso. Que, aunque yo estaba obrando inocentemente y con mucha sinceridad, pero el poder inconsciente de la sugestión era poderoso – por su respeto al Pastor, al varón de Dios.


¿Por qué vomitan? ¡En la Biblia no tenemos ni un solo caso de alguien que vomitó cuando le echaron fuera demonios! Sin embargo, en algunos lugares eso es lo que hacen todo el tiempo – es “el pan de cada día.” Hasta planean y se preparan con cubos, trapeadores, escobas, etc. ¿Cómo se puede sustentar algo así sin la más mínima base bíblica? Ahora, no digo que los no convertidos vomiten cuando se le echa algún demonio, pero serían excepciones. ¿Por qué hacer de la excepción la regla?


En ese caso, ¿cómo explicamos los mismos fenómenos, reacciones y ambiente entre los espiritistas, hechiceros y brujos? Solo porque ellos tienen manifestaciones que parecen sobrenaturales no quiere decir que realmente se comunican con los muertos, ó que están efectuando – en el caso de los hechiceros, “limpias” de malos espíritus, ó malas energías ó influencias. Si entre ellos también ocurren esas cosas, será que todo eso valida lo que están haciendo.


Por otro lado, hay muchas referencias hoy a supuestos “creyentes” que han sido liberados, pero tal vez no son ó no eran “creyentes” ó Hijos de Dios. Tal vez son personas que nunca recibieron el Espíritu Santo ó que no han sido bautizados en el Nombre de Jesús. En realidad no son creyentes, no son Hijos de Dios, entonces no se pueden usar como ejemplos de “creyentes” con demonios. Por eso vemos tanta de ésta actividad entre los trinitarios, les falta cumplir con el Plan de Salvación. En vez de procurar que la gente sea librada de demonios, procure que se arrepientan, se bauticen en el Nombre de Jesús y, sean llenos del Espíritu Santo - ¡eso es lo que verdadera liberta a las almas!


Además, ¿dónde están los testimonios de creyentes (que ya tenían el Espíritu Santo) que quedaron permanentemente libres de sus tormentos por seguir éste método? No. Aquellos a quienes, supuestamente, se le echaron fuera demonios, siempre están necesitando ser “ministrados” de nuevo – o sea, no funciona permanentemente, indicando, que algo está mal. No estoy hablando de casos de personas endemoniados ANTES de venir a Dios y obedecerle, sino de personas que YA habían cumplido con el plan de salvación y tuvieron que ser liberados de un espíritu inmundo, pero que supuestamente habían permanecido fieles.


No debemos creerle a los demonios, ellos son mentirosos. Aunque digan su nombre, ¿quién dice que no están mintiendo, engañando? ¿Cómo te vas a poner a entablar una conversación con demonios? ¿Qué vas a aprender de ellos que sea de edificación ó bendición?


Es interesante y curioso que, aquellos que andan echándole fuera demonios a medio mundo, nunca los tienen ellos mismos. O sea, quieren “ministrarles” a otros, pero ellos nunca lo necesitan.


La verdad es que, si todos y tantos pueden tener demonios tan fácilmente, también los han de tener ellos. ¡Qué lío! Entonces tenemos gente con demonios echándole fuera demonios a otros que también los tienen. En ese caso, ¡el demonio nos tiene dominados a todos! Pero, gracias a Dios que eso no es cierto.


Puntos adicionales:


Hasta en el tiempo de Jesucristo hubo conceptos populares muy equivocados acerca de las influencias invisibles. Hasta hubo quienes insistieron que Jesús estaba poseído por demonios “Tiene espíritu inmundo”Marcos 3:22-30. Ahora, si el diablo se atrevió a levantar un falso testimonio acerca de Jesús, ¿qué no dirá de nosotros hoy? Jesús les advirtió acerca de la blasfemia contra el Espíritu Santo, y continuó hablándoles acerca de una casa dividida contra sí misma.


Siquiatras, sicólogos, médicos, y abogados no puede diagnosticar cuando alguien está poseído por un demonio. Ellos usan terminología como: esquizofrenia, personalidades múltiples, etc. No pueden, a menos que estén familiarizados con el mundo espiritual. No hay manera de sico-analizar según las normas humanas, a un hombre o una mujer así. Eso es uno de los Dones del Espíritu, el discernimiento de espíritus.


Durante el ministerio público de Jesús, en varias ocasiones, espíritus inmundos venían y lo adoraban, ¡pero Jesús no aceptaba su adoración! Como que era una simulación de parte de ellos y Jesús lo reconoció como tal, y no quiso que apareciera como que se estaban sujetando a Él.


Pero luego, en el Libro de Los Hechos no vemos tantos casos de los apóstoles echándole fuera los demonios a la gente. ¿Por qué? Porque mucho de eso es solventado sencillamente con que alguien cumpla con Hechos 2:38 – sobre todo, al recibir el Espíritu Santo. No es cualquier cosa tener al Espíritu de Dios dentro de nosotros – especialmente, si le da la oportunidad a Dios a que haga lo que Él quiere hacer.


Argumentos de los que defienden esa postura:


DICEN QUE LOS DEMONIOS ESTÁN EN EL CUERPO, no en el espíritu, como una forma de evadir el hecho que alguien puede ser “lleno” del Espíritu de Dios y a la vez tener malos espíritus. Pero, ¿dónde dice eso en la Biblia? Es más, sin son “espíritus” inmundos su lugar es en el espíritu, por lo tanto, es un juego de palabras para intentar de hallarles lugar adonde estar a los demonios dentro del creyente. Al hacer una declaración así, ¿entonces, el Espíritu de Dios no está en el cuerpo? ¿Realmente existe una “separación” tan grande, tan abismal, entre el cuerpo y el espíritu como para declarar algo así? ¿No es parte todo de nuestro “ser”? Pero, realmente es un engaño que, al ir al ÚNICO lugar en la Biblia donde menciona los tres componentes del “ser” humano juntos, queda al descubierto, y es 1 Tesalonicenses 5:23, que dice: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. Lo que realmente está diciendo la Palabra de Dios es que, Dios nos está santificando por completo, no por partes.


COMO EL TABERNÁCULO ESTABA DIVIDIDO EN TRES PARTES, y que había un lugar santísimo, un lugar santo y el patio exterior; que así también está compuesto el hombre y que, el Espíritu de Dios entra a lo que equivale el lugar Santísimo (el espíritu) del hombre, pero que, al patio exterior puede entrar cualquiera y cualquier cosa. Pero, eso se dice en ignorancia, porque al patio exterior no le permitían entrar a los gentiles, tenía que ser un judío. Por lo tanto, no es cierto que cualquier cosa ó persona podía entrar allí. ¿Iba Dios permitir que pusieran un Baal en el patio exterior y que Él continuaría aceptando el sacrificio y alabanza que se ofrecía allí? ¡Absolutamente no! Sin embargo, esa ilustración sólo es un juego de palabras. Para declarar algo así hay que sustentarlo con alguna declaración de la Biblia que lo diga.


Citan mal, y aplican mal, 1 Pedro 3:21 donde dice: “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo”. Que supuestamente esas “inmundicias” son los espíritus inmundos que estaban en esa persona y que no se quitaron al ser bautizados.

Lo que ese pasaje sencillamente está diciendo es que, el propósito del bautismo no es para lavarse ó bañarse, sino que representa algo diferente: una demostración que quiere servirle a Dios. Por ejemplo, note como ese es el pensamiento que surge en la Versión Popular “Dios Llega Hoy” (1971) “Y aquella agua representaba el agua del bautismo, por medio del cual somos salvados ahora. El bautismo no consiste en limpiar el cuerpo, sino en pedirle a Dios una conciencia limpia; y nos salva por medio de la resurrección de Jesucristo”.


Dicen que, cuando Jesús nos enseña a orar en el Padre Nuestro diciendo: “líbranos del mal” que es una referencia a éste Ministerio de Liberación. ¡Eso sí es interpretar la Biblia con visión de túnel y sólo viendo lo que quiere ver! Jesús está ofreciendo una oración para que nosotros aprendamos a orar y, su referencia al mal, no es a una persona sino al mal en general. Hay males que no tienen que ver con entes ó personas. Por ejemplo, desastres de la naturaleza no son algún demonio ó espíritu inmundo que los ha provocado, pero cuando yo oro que me libre del mal, eso incluye la posibilidad de accidentes, de que se me caiga un árbol encima, enfermedades, etc. Pero, al querer aplicar las palabras de Jesús al Ministerio de Liberación demuestra el grado de desesperación que algunos tienen de hacer que la Biblia diga lo que ellos quieren que diga.


Usan el ejemplo de Pedro, cuando negó al Señor; ó Judas que “Satanás entró en él,” como ejemplos de que espíritus inmundos pueden entrar en alguien, aún cerca de Jesús, y obligarle a pecar y actuar en forma contraria. Pero, en ambos casos, hay que recordar que no son ejemplos de gente “llena” del Espíritu de Dios. Son casos ANTES de Pentecostés. Judas no le dio oportunidad a Jesús para que le perdonara, puesto que se quitó la vida, pero Jesús lo hubiera perdonado. Y a Pedro, lo perdonó el Señor Jesús, ¡pero no le echó fuera algún demonio! Sin embargo, una vez que Pedro recibió el Espíritu Santo ya no estuvo traicionándolo a Jesús, sino que llegó a ser un poderoso testigo del poder de Dios.


Nadie debe creerse o sentirse tan “omnipotente” ante los demonios. Notemos lo que Jesús les dijo a los discípulos, cuando ellos le dijeron: “Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre;” Jesús les dijo: No os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” Lucas 10:17-20.


No es cosa liviana tratar con demonios. El que así lo cree es porque nunca ha tenido que lidiar realmente con un demonio.


Imagínense el colmo de la arrogancia cuando alguien cree que ellos tienen que echar fuera los demonios de personas ó de lugares, ó antes de empezar un culto, para que Dios pueda obrar, entrar, etc. ¡Será Dios tan débil! ¿Seremos nosotros más fuertes que Dios que podemos despejar un lugar ó sacarle un demonio de alguien ANTES que Dios pueda obrar? ¡Por favor! Yo prefiero pensar y predicar de Aquel del que dijo David:

“¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicados mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí, Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza… Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Por tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste” Salmos 3:1-7. “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen. Como es lanzado el humo, los lanzarás;” Salmos 68:1,2. ”Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová? ¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados? Dios temible en la gran congregación de los santos, y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él. Oh, Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, oh Jehová, y tu fidelidad te rodea” Salmos 89:7,8. “Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, Porque he aquí perecerán tus enemigos; serán esparcidos todos los que hacen maldad. Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco. Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos, Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos. El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.” Salmos 92:9;


En tantos Salmos David exalta el hecho que, si sólo se levanta Dios sus enemigos serán esparcidos - ¡no tiene necesidad de que nadie se lo haga por Él!


Con razón Jesús dijo: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” Juan 12:31,32. El no sólo fue levantado en el madero de la cruz, sino que debe ser levantado en nuestras vidas, cultos, reuniones y pláticas. Si así es, habrá victoria y paz. No hay que levantar al demonio; ¡hay que levantar y exaltar a Jesús! ¡El vence todo!

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